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CARTA DE LAS MUJERES DE ORTIGUEIRA

Hoy 8 de marzo de 2019, acabamos de celebrar el primero Pleno de Mujeres del Ayuntamiento de Ortigueira. Fue una experiencia única, en la que nos sentimos ciudadanas de pleno derecho, decidiendo sobre nuestro destino como pueblo desde una perspectiva feminista. Aunque es un pleno simbólico, las decisiones fueron prácticas, reales. Las medidas son claras y resolutivas para mejorar la situación de toda la ciudadanía y conseguir unas condiciones de vida óptimas, especialmente en el rural.

Con este pleno demostramos mucho. Demostramos un profundo conocimiento de nuestro entorno, de los problemas que nos afectan como mujeres, y como vecinas. Demostramos también una capacidad de diálogo sin precedentes, y una focalización en los objetivos de trabajo que debería ser tomada como ejemplo por la corporación oficial.

Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?

Los inicios no fueron fáciles. Las primeras reflexiones, con Cristina de Pizán, que exaltaba en el siglo XIV las virtudes de las mujeres, las primeras denuncias de maltrato, en el siglo XVI, en un momento en que ser mujer no significaba ser una persona, las primeras mujeres universitarias que tuvieron acceso al conocimiento para tomar conciencia de nuestra condición, o las sufragistas, o las primeras mujeres políticas, que empezaron a luchar por nuestros derechos hace un siglo…

A lo largo de los últimos años se fueron dando pasos firmes de cara a Igualdad y de los derechos de las mujeres. También se escuchan voces que pretenden arrebatarnos impunemente todo lo que hemos conseguido. Como decía Simone de Beauvier ya en el siglo pasado: “No olvidéis nunca que bastará una crisis política, económica, o religiosa para que los derechos de las mujeres se cuestionen. Estos derechos nunca son adquiridos. Deberemos permanecer alerta durante toda nuestra vida.”

Seguimos viviendo tiempos en los que es necesario estar firmes y no dar un paso atrás. Nuestros derechos como mujeres no fueron regalados, sino fruto de los esfuerzos de muchas mujeres que lucharon por conseguirlos. A nosotros, especialmente a las nuevas generaciones los tocan el turno de recoger el testigo, mantenerlos y seguir luchando. Luchando desde todos los ámbitos donde estamos.

Desde la casa, desde los colegios, desde nuestros trabajos, desde las instituciones. Cualquier lugar o cualquier situación es buena para recordar nuestros derechos, o para rechazar enérgicamente los micromachismos. Para en definitiva,tratar de conseguir una igualdad real y no formal. Siendo como somos, la mayoría de la población de este Ayuntamiento, las mujeres antes de ser hijas, hermanas, madres, abuelas, parejas, trabajadoras o compañeras, somos ciudadanas de pleno derecho.

Pero ¿qué pedimos las mujeres de Ortigueira?

Pedimos igualdad.

Igualdad en el cuidado de los niños y niñas y de las personas mayores. La conciliación no es cosa de mujeres sino de toda la ciudadanía. Igualdad en la relación de pareja. Cero sumisión por parte de la mujer o del hombre. Que las relaciones se basen en la libertad y el respeto. Igualdad laboral. Mismo salario para el mismo trabajo. Misma consideración para nuestros curriculums.

Igualdad en los servicios del rural. Las mujeres que residimos en las parroquias estamos más alejadas de los servicios, con graves problemas de comunicación y transporte. Que se luche para paliar esta situación. Desde el pleno de mujeres adoptamos acuerdos para que se promueva desde nuestras instituciones, la igualdad, y la cohesión social y territorial en la enorme diversidad del Ayuntamiento de Ortigueira.

Pedimos dignidad.

Que se valoren los trabajos de cuidado a los que dedicamos varias jornadas laborales al día, con pensiones dignas en el futuro. Que no perdamos nuestra identidad. Nuestra historia y la cultura propia, nuestras tradiciones, la toponimia. Que se preserven para que no acaben en el olvido. Que se fortalezcan nuestros servicios públicos y se luche por su permanencia en el rural, especialmente la sanidad, la dependencia, y la educación y que el hecho de que estar en el rural no sea una dificultad para su acceso en condiciones de dignidad y calidad.

Pedimos justicia.

¡Que dejen de agredir nuestros cuerpos! Desde todos los ámbitos. Estamos cansadas de que nuestros cuerpos sean motivo de mercancía, que se pague por poseerlos, por explotarlos, o por enseñarlos. Queremos también que la justicia abandone de una vez el patriarcado. Que no nos hagan culpables cuando se juzga un delito sexual contra alguien que había cometido violencia contra nuestros cuerpos. Especialmente en el rural. que se fortalezcan las medidas de seguridad para las agresiones por violencia contra las mujeres. Tenemos derecho como ciudadanas a vestirnos como nos dé la gana, a caminar libres por todos los espacios, y a cualquier hora. Tenemos derecho a no tener miedo.

El primer 8 de marzo en 1857, no fue un día feliz. Vaya por esas mujeres libres y fuertes que por primera vez plantaron cara al patriarcado sin miedo. Sin miedo a perder dinero, sin miedo al rechazo social, sin miedo incluso a la muerte. Ellas allanaron un camino por el que hoy, 8 de marzo de 2019, vamos todas andando, cada día más tranquilas y con más esperanza.

A todas las mujeres y a todos los hombres de Ortigueira. Ejerzamos nuestro poder cómo ciudadanos para transformar nuestro municipio e impulsar juntas todos estos cambios en un marco solidario, de paz, libertad, diálogo e igualdad.

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